Laprovincia.es – Alexandra Robles – 28.10.22
La RSC es un compromiso ético, voluntario y continuado que asumen cada vez más organizaciones para responder a las necesidades y demandas de la sociedad. Se trata, por ello, de mejorar el entorno en la medida de sus posibilidades y de llevar a buen puerto esa vocación de servicio que, en principio, impulsa por definición la actividad empresarial.
Explorando la responsabilidad social empresarial
Este concepto consiste en asumir libremente ciertas obligaciones para beneficiar no solo al entorno más cercano, sino a la sociedad en su conjunto. Se trata, además, de una iniciativa planificada y programática, no de meras ocurrencias o actuaciones aisladas. Aparte de un enfoque ético admirable, supone una exigencia del mercado y una gran oportunidad de notoriedad y aceptación de los públicos.
Entre otras, estas son las ventajas de la RSE para las empresas que la trabajan bien:
- Mejora el ambiente laboral.
- Aumenta la confianza de los inversores potenciales y reales.
- Optimiza la imagen de marca proyectada.
- Impulsa un desarrollo social que puede derivar en nuevas oportunidades de mercado.
- Cuida el medioambiente y contribuye a dejar un mejor planeta a las generaciones futuras.
- Sirve de ejemplo y estímulo para consolidar relaciones humanas y comerciales más transparentes, empáticas y sostenibles.
Las personas con discapacidad son capaces de todo
Resulta evidente que los colectivos más vulnerables son los primeros en sufrir las consecuencias negativas de los problemas sociales. Tras la reciente pandemia de coronavirus y ante la crisis bélica y económica actual, estas personas tienen más dificultades para salir adelante.
Entre estos colectivos figura el de las personas con discapacidad. Si bien es cierto que nunca lo han tenido fácil, siguen demostrando que son capaces de todo. En la práctica, conocedores de sus limitaciones, aportan un plus de otras habilidades, destrezas, compromisos y afectos para cumplir satisfactoriamente sus funciones.
Colaborar con estas personas y facilitar su integración laboral, familiar e individual beneficia a toda la sociedad. Según la encuesta Discapacidad, autonomía personal y situaciones de dependencia del Instituto Nacional de Estadística, en España hay 4,3 millones de personas con algún tipo de discapacidad. Estos datos, publicados en 2022, reflejan la realidad de 2020. Facilitar su situación y mejorar sus condiciones de vida no solo supone ayudar directamente al 10 % de la población española. Es mucho más, ya que sus entornos familiares, sociales y laborales también salen beneficiados. Se inicia, de este modo, una cadena sinérgica que es globalmente positiva.
Trabajar y vivir, una doble meta
Las empresas pueden hacer mucho para facilitar el día a día de las personas con discapacidad. Sobre todo, pueden conseguirlo en dos direcciones complementarias:
- Integrarlas laboralmente.
- Mejorar sus condiciones de vida y los entornos en los que se desenvuelven.
Integración laboral
Los hombres y mujeres con discapacidad necesitan, y quieren, trabajar. La legislación española obliga a las empresas con más de 49 trabajadores a contratar al menos a un 2 % de profesionales con discapacidad. En este sentido, cumplir con esta norma no entra dentro de la responsabilidad social corporativa, sino simplemente se satisfacen las exigencias legales.
De hecho, en este ámbito es posible impulsar un gran número de medidas para mejorar la inserción y la integración de estos profesionales. Así, hay proyectos empresariales que se sustentan en su aportación laboral casi exclusiva.
En 2021, según un estudio de UOC y Randstad, se comprobó que había en España 672 060 trabajadores en activo con discapacidad física y 221 340 con discapacidad intelectual.Optimizar sus condiciones laborales con el fin de potenciar su rendimiento, su satisfacción y su adaptación a cada puesto sí puede ser una labor de RSE. Sobre todo cuando se realiza con una intención global y se destinan recursos a desarrollar nuevas soluciones. Invertir en tecnología, innovar, formar, mejorar los sueldos, promocionar, acompañar y optimizar la accesibilidad y la ergonomía laborales en torno a la discapacidad son grandes acciones de RSC.
Una vida mejorada
Por supuesto, tener trabajo aumenta el nivel y la calidad de vida de las personas con discapacidad. Pero no es la única posibilidad de avance social para una empresa en este campo. También es plausible investigar y desarrollar nuevos productos, servicios, tecnologías y conocimientos.
Hoy en día, es posible financiar investigaciones en muchos campos médicos y científicos. ¿Un par de ejemplos? El desarrollo de exoesqueletos automatizados para las personas afectadas de parálisis y los nuevos implantes oculares para invidentes.
La integración de personas con discapacidad se convierte en una gran oportunidad para impulsar una responsabilidad social empresarial muy favorable para sus destinatarios directos y para la sociedad en su conjunto. ¿Nos ponemos con ello?
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